Federación de Enseñanza de CCOO de Castilla-La Mancha | 16 julio 2025.

Cuando la tecnología falla y la burocracia asfixia: el Cuaderno de Evaluación y la sobrecarga invisible del profesorado

  • CCOO Enseñanza CLM denuncia que la herramienta Cuaderno de Evaluación, impuesta como solución a la burocracia, ha fallado en los momentos más críticos del curso, dejando al profesorado desbordado y sin respaldo.

12/06/2025.
Cuando la tecnología falla y la burocracia asfixia…

Cuando la tecnología falla y la burocracia asfixia…

Cuando la tecnología falla y la burocracia asfixia: el Cuaderno de Evaluación y la sobrecarga invisible del profesorado

“Llevo desde el año pasado implementando el Cuaderno de Evaluación de principio a fin: programaciones, actividades, vínculos con aulas virtuales… y este fin de semana he estallado. Estamos trabajando con una herramienta que se cae constantemente y el CAU no responde”, expresa un docente que hasta ahora defendía esta herramienta con convicción.

No es un caso aislado.

En esta recta final del curso, justo antes de las evaluaciones de Bachillerato y ESO, la herramienta tecnológica de la Consejería volvió a fallar. “No funcionó el fin de semana y ayer era insufrible calificar actividades. Hoy tengo evaluaciones… y miedo me da cuando nos juntemos todos en las evaluaciones de la ESO”, señala otra docente.

Este colapso tecnológico no hace sino agravar una situación ya insostenible.

Desde CCOO venimos denunciando que el volumen de tareas burocráticas y digitales que debe asumir el profesorado en Castilla-La Mancha no solo no se ha reducido, sino que crece de forma incontrolada bajo una falsa apariencia de modernización.

Más de 800 documentos y 2.000 actividades al año para un solo docente sin cargos

El informe interno elaborado por docentes de la región muestra cifras escalofriantes: más de 805 documentos y más de 2.000 actividades burocráticas generadas en un solo curso por un profesor de ESO con 9 grupos y alumnado con diversidad funcional, pendientes, barreras idiomáticas o en seguimiento psicosocial.

Cada documento supone tiempo, duplicidades, interacción con plataformas que fallan o requieren pasos múltiples, y no aporta recursos, apoyos o soluciones reales a los problemas del aula. Todo esto se hace, además, fuera del horario lectivo y sin compensación alguna.

Digitalización sin garantías ni derechos

Este caso revela otro problema más profundo: la implantación acrítica y opaca de tecnologías educativas sin control democrático ni garantías laborales. Como advierte el informe Pensamiento Crítico y Educación de la Fundación 1º de Mayo, nuestros centros educativos corren el riesgo de convertirse en macrogranjas de datos sin regulación, donde el alumnado y el profesorado son materia prima para algoritmos invisibles y plataformas externas.

Desde CCOO Enseñanza exigimos:

Protección de los derechos digitales del profesorado, incluyendo:

  • Derecho a la desconexión digital fuera del horario laboral.
  • Transparencia algorítmica: informar a la representación sindical de cualquier sistema automatizado que afecte a la gestión de personal o evaluación.
  • Información previa sobre mecanismos de vigilancia o analítica de datos.
  • Creación de un espacio sindical de seguimiento de la digitalización educativa.
  • Inclusión de contenidos sobre derechos digitales en la formación permanente.

Menos burocracia, más educación

  • Unificación de documentos repetitivos
  • Reconocimiento de la carga burocrática dentro del horario docente.
  • Plantillas de personal administrativo para asumir tareas no docentes.
  • Herramientas digitales robustas, funcionales y respetuosas con los derechos.

Denunciar no es quejarse, es construir

Los testimonios de quienes han defendido hasta ahora estas herramientas demuestran que no se trata de resistencia al cambio, sino de rechazo a la precarización digital. Como decía un compañero: “Me encantaría que esto lo trasladéis a donde corresponda. Se me ha acabado la paciencia.”

Desde CCOO Enseñanza Castilla-La Mancha trasladamos esa voz, con fuerza y argumentos, porque detrás de cada pantalla que se cae, hay una vida docente que se desborda.